Uno de los regalos más poderosos que los padres pueden dar a sus hijos es la escucha activa. Escuchar no solo significa oír las palabras, sino prestar atención a los gestos, emociones y silencios. Este tipo de comunicación fortalece el vínculo familiar y ayuda a los niños a sentirse comprendidos, valorados y seguros.

¿Qué es escuchar activamente?

La escucha activa es un proceso de comunicación en el que se ofrece total atención a la otra persona. Implica no interrumpir, evitar juicios rápidos y responder con empatía. Para los niños, esto es esencial, ya que les permite expresar su mundo interior sin miedo a ser ignorados o criticados.

Estrategias de escucha activa:

  1. Atención plena: Dejar de lado el celular o la televisión cuando hablan. La mirada y la postura comunican interés.
  2. Reflejar emociones: “Veo que estás triste porque no jugaste en el recreo” les ayuda a poner nombre a lo que sienten.
  3. Hacer preguntas abiertas: “¿Qué fue lo que más disfrutaste hoy?” fomenta una conversación más profunda.
  4. Validar sin juzgar: Aun si lo que cuentan parece trivial, para ellos es importante. Reconocerlo fortalece la confianza.
  5. Responder con calma: Dar espacio para que terminen de hablar antes de dar una opinión o consejo.

Beneficios de escuchar activamente

  • Mejora la autoestima de los hijos.
  • Fortalece la confianza mutua.
  • Reduce conflictos, pues los niños se sienten tomados en cuenta.
  • Promueve la expresión emocional y la inteligencia social.

Escuchar activamente es un hábito que requiere práctica y disposición. No se trata de tener siempre respuestas perfectas, sino de ofrecer un espacio seguro donde los hijos se sientan escuchados de verdad. Al hacerlo, los padres construyen un puente de conexión que los acompañará a lo largo de todas las etapas de la vida.