Vivimos en un mundo donde hacer clic puede ser tan rápido como arriesgado. Las estafas digitales y los fraudes financieros se han vuelto cada vez más comunes y sofisticados. A veces llegan disfrazados de un mensaje urgente, de una llamada amable o de una oferta “demasiado buena para ser verdad”. Y si no estamos atentos, pueden arrebatarnos más que dinero: también nos roban confianza y tranquilidad.

Pero la buena noticia es que con información y atención puedes protegerte. Cuidar tu seguridad financiera es cuidar el fruto de tu esfuerzo, tus sueños y tu futuro.

Aquí te compartimos cómo hacerlo:

1. Desconfía de lo que parece urgente o milagroso
“Necesitamos verificar tus datos”, “ganaste un premio”, “haz clic aquí o perderás tu cuenta”. Estas frases buscan que actúes sin pensar. Ante cualquier mensaje o llamada sospechosa, pausa, respira y verifica. Si te presionan, es señal de alerta.

2. No compartas información personal o financiera por teléfono o mensajes
Ningún banco ni empresa seria te pedirá contraseñas, NIP, códigos de seguridad o claves de acceso por mensaje o llamada. Si alguien lo hace, cuelga de inmediato y contacta directamente a la institución por medios oficiales.

3. Revisa bien los enlaces y remitentes
¿El correo tiene errores ortográficos? ¿La dirección se ve extraña o cambia solo una letra? Los estafadores suelen imitar sitios y correos oficiales. Antes de hacer clic, pasa el cursor sobre el enlace para ver a dónde te lleva realmente.

4. Activa medidas de seguridad en tus cuentas
Usa contraseñas seguras, cambia tus claves con frecuencia y activa la verificación en dos pasos en tus cuentas bancarias, correos y redes sociales. Son pequeños pasos que hacen una gran diferencia.

5. Consulta con alguien de confianza si tienes dudas
No estás solo. Si algo te genera sospecha, habla con alguien antes de actuar. A veces, un segundo punto de vista basta para detectar un fraude a tiempo.


Tu dinero es el resultado de tu esfuerzo, y protegerlo también es una forma de quererte. Mantente informado, confía en tus intuiciones y recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar. En el mundo digital, tu mejor defensa es estar un paso adelante.