¿Cómo te percibes a ti mismo? Es posible que creas que tus cualidades positivas incluyen una buena ética laboral, un estilo de comunicación directo y un sentido de la curiosidad. Ahora, imagina cómo te sentirías si alguien te describe como una persona estresada y adicta al trabajo, que se comunica de manera hostil y que hace demasiadas preguntas.
La manera en que te percibes puede no ser la misma en que te perciben los demás. Estos puntos de vista diferentes pueden provenir de sistemas de valores distintos. Por ejemplo, tal vez a ti no te importe trabajar muchas horas para conseguir determinados éxitos. Pero la persona que te describió como adicto al trabajo quizás piense que el trabajo nunca debe interferir en el tiempo personal.

Estas diferencias no tienen por qué arruinar una relación. Aquí te indicamos cómo podrías manejarlas:
- Ten como metas la aceptación y la comprensión. Cuando vivas y trabajes con otras personas, intenta pensar en cómo pueden diferir sus enfoques y actitudes.
- Intenta no juzgar a la persona ni sus creencias. Establece el objetivo de reconocer que las personas tienen derecho a pensar y sentir de la forma en que lo hacen.
- Escucha con atención. Intenta comprender lo que dicen las personas. Puede ayudarte a entender por qué se sienten de esa forma.
- Acepta las diferencias. Cuando la gente está abierta a aceptarlas, se comparten opiniones y sentimientos para fortalecer las relaciones.
Cuando comprendes que es posible que las demás personas no te perciban a ti ni al mundo de la misma manera en la que tú lo haces, es una oportunidad. Puede ayudarte a aceptar puntos de vista diferentes y puede promover conexiones más profundas.